Alta sensibilidad

Aquí había, y hay, una niña intensa, de esas que no soportaba que le tocaran la cabeza (¿quién osa tocar el séptimo chakra?) para decir algo amable; de las que la piel se irritaba de solo rozarla un bicho, de esas que no podía digerir, literalmente, la carne como alimento; de esas que los sitios con mucha gente o cerrados podían ser un suplicio; de las que lloraban solo por ver llorar a otro sin saber por qué; de las que veía más allá de lo que podía explicar; y muchas más incomodidades sociales. Un momento, ¿esto es el pasado? No, es el pasado, el presente y el futuro.

Ahora la llamarían Alta sensibilidad, porque ahora les gusta poner etiquetas a todo y con la etiqueta viene el tratamiento para que se adapte a una sociedad terriblemente enferma. Yo no aprendí nada de eso, pero conseguí gestionar mi poder para usarlo a mi favor.

Esa alta sensibilidad no tratada, Gracias a Dios, también incluye: escuchar los latidos de la tierra, o de un árbol, sentir el olor de alguien y saber quién es, notar el tacto de una piel y volar a su interior, incluye sentir los dolores más enormes y los placeres más absolutos, digerir un fruto con todos los poros, sentir el viento en la cara y volar, notar el sol en la piel y fundirse, respirar los ciclos lunares, abrazar las estrellas, sentir el abrazo de alguien que ya no está, ser uno con uno y con otro, sentir todo y nada al mismo tiempo.

Si tú o tus hijos sois uno de nosotros, no te pongas etiquetas, las etiquetas de la ropa hacen irritaciones en la piel y las sociales las hacen en el Alma. Eres un Ser Humano, los seres humanos tenemos todas éstas capacidades, y más, para vivir y conectar, si las matas mueres tú un poquito cada día, hasta que ya no vives más.

Aprende a gestionar tus super poderes, porque eso es lo que son, los tenemos todos, solo que algunos los guardan bajo llave porque les aterra sacarlos y que cobren una vida que desconocen y no saben manejar. Pero no tengas miedo, ni de ti, ni de un niño que salta en un charco cincuenta veces seguidas, ni de uno que grita desesperado, ni de uno que habla solo, ni de los que bailan sin música.

La música está dentro, solo tienes que dejarla salir.

Deja salir tu/su humanidad y todo estará bien.

Con Amor

~ Ara

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