¿Qué nos ha pasado?

Ya no sabemos quiénes somos, lo profanamos todo para luego demonizarlo.

Ya no podemos fumar la pipa de la paz, porque el tabaco, ya no es tabaco, ahora se ha convertido en veneno y somos adictos al veneno.

Ya no sabemos cómo utilizar las plantas más poderosas de la tierra como medicina; como la marihuana, la amapola, la ayahuasca, etc; porque las hemos adulterado y convertido en venenos aún más rápidos.

Ya no sabemos cómo huele el verdadero café, porque hace mucho que dejó de ser ceremonial; solo queremos que nos lo metan en vena, para poder despertar de este sueño eterno hacia una pesadilla abrumadora que sólo podemos paliar con pastillas para dormir hechas de veneno químico que nos destruye por dentro.

Ya no respetamos ni rituales, ni sacrificios, ni ofrendas; ya no encontramos la divinidad que nos habita.

Ya no sabemos que los minerales de ésta tierra nos energizan, igual que los metales, el mar, el aire, que son parte de nuestra propia naturaleza.

Ya no sabemos cómo utilizar el fuego sin quemar el bosque o la comida, volviendo tóxico el aire y el alimento.

Ya no vemos a los animales como seres vivos, sino como un producto del supermercado; algunos animales sí, otros no, no sabemos por qué. Ni siquiera recordamos que eran un recurso ocasional, muy ocasional, dadas nuestras escasas habilidades de caza, para cuando el invierno nos acechaba, ahora es simplemente un producto diario para tapar nuestras arterias hasta reventarlas. Violando y maltratando a los animales, envenenando cielo y tierra en el proceso y luego comiendo esa energía vital, asesinada y profanada.

Para luego no comprender por qué los niños cada día son más violentos y menos compasivos.

Ya no sabemos cómo el agua nos purifica y el sol nos nutre sin necesidad de substancias que cubran nuestra piel y la enfermen, pero pensamos que nos estamos protegiendo.

¿Protegiendo de qué? Cubrimos a nuestros hijos con veneno, les llenamos con veneno, les enviamos a colegios que instruyen esclavos, les obligamos a obedecer porque así es la vida.

Ya no sabemos lo que es la rebeldía porque hasta los adolescentes la han olvidado.

Estamos tan orgullosos de la patria, del idioma, del equipo de fútbol, del ídolo musical, sin recordar que todo eso es un invento para dividir la consciencia universal. Para así odiar a los franceses porque hablan otro idioma por el simple hecho de que alguien trazó una línea en el suelo y dijo, esto es tuyo y esto es mío. Y luego un grupo de esclavos domesticados te pide un pasaporte para pasear por la tierra que es tuya, es mía y es de todos. ¿Cuán ridículo nos parecería que un lobo necesite pasaporte para cruzar Europa y Asia?. ¿Por qué nos creemos diferentes al lobo, al francés o al italiano?.

Ya no sabemos lo que es el tiempo, ni el espacio, ni la energía.

Ya no escuchamos los ritmos propios, ni de la tierra.

Nos acercamos al otro atacando su campo vibratorio sin piedad porque deshicimos el nuestro.

Lo profanamos TODO, para luego demonizarlo.

¿En serio?.

Pongo mis pies descalzos en ésta tierra que es mía, purifico mi cuerpo con agua y plantas, me alimento con alimentos reales, escucho, respiro, me muevo, y cada día me propongo respetar lo sagrado del Ser, despertando mis sentidos, todos mis sentidos para dejar de sobrevivir y empezar a vivir.

Empieza por ti.

Con amor

~ Ara

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