Niños carnívoros

A mi consulta llega constantemente esta pregunta o afirmación, es que mi hijo es “muy carnívoro” me pide carne!.

Bueno, en principio te podría mostrar la diferencia entre un animal carnívoro y un niño humano en cuánto a dientes, sistema digestivo o capacidades innatas de caza; y si me tiras de la lengua te diría que en realidad estamos hechos para vivir de Prana (energía vital) y que nuestro sistema digestivo está solo para experimentar la vida física al completo a pesar de ser energía, frecuencia y vibración…

Pero no os asustéis, yo aún como comida, no iré tan lejos de momento, solo os daré algunas ideas acerca de por qué algunos niños pueden dar la impresión de ser carnívoros voraces y otros no.

Lo primero es el sitio energético de experiencia, es decir, lo que el niño necesita vivir y experimentar en ésta vida, si le genera o no conflicto consigo mismo o con su familia, con quién le genera el conflicto, sea madre, padre, hermanos, abuelos, etc. Y trabajar desde allí, desde el conflicto que genera, por ejemplo: dejar de comer carne me aleja de papá y me acerca a mamá o viceversa.

Segundo sería saber si el niño SABE lo que come. ¿Sabe que se trata de un animal muerto?. ¿O piensa que es un ingrediente en una bandeja envuelta en film?. ¿Conoce el origen y el proceso?. Esto para muchos es muy duro de explicar, pero es simplemente por una cuestión cultural, si en la bandeja hubiera un brazo humano nos moriríamos del asco y diríamos al niño, con horror, que eso no es comida!. Pero una pata de cerdo nos parece de lo más normal y no solemos explicar el origen. Mi hermano tenía unos tres años cuando unió el pollo en la bandeja con un ser vivo, y no paraba de preguntarle a mi madre si estaba vivo y si antes caminaba. Hay cosas que parecen normales, cuando no lo son.

El tercer punto sería el grado de violencia que ese niño está reprimiendo o siendo reprimida. Los seres humanos somos más o menos violentos, como somos más o menos fuertes o más o menos simpáticos. A veces una madre respetuosa y compasiva intenta evitar a toda costa que su hijo juegue con armas de juguete, que salte como loco, que grite, que discuta, que saque su energía de una u otra forma; vemos niños jugando con palos como si fuesen espadas cuya madre jamás les compraría una espada de juguete por ejemplo, o niños que se mueren por aprender a usar un cuchillo y a su madre le espanta que se pueda cortar; con lo cual, sin darnos cuenta y con la mejor intención del mundo, generamos una violencia contenida que sale de muchas maneras: niños que pegan, niños que no escuchan, niños que mueren por desgarrar un hueso (de pollo…) y comérselo… Atención, no estoy diciendo con esto que les dejemos las tijeras y vayamos a la aventura de que se saquen un ojo. Cada cosa tiene su momento, pero si el niño muestra interés por usar un cuchillo para cocinar, lo ideal sería tener uno adecuado para su edad y enseñarle a usarlo, si tiene ataques de ira, puede aprender a boxear con los cojines de la casa, si grita mucho, se puede buscar un momento y lugar dónde sacar eso afuera en lugar de reprimirlo, y así ir buscando herramientas para que saque ese fueguito, ya que cuando lo intentas apagar de cualquier manera, se expande por sitios insospechados.

El cuarto punto sería las necesidades nutricionales, los niños necesitan nutrientes para desarrollarse, y lamentablemente en las dietas y costumbres actuales hay muy poco de dónde sacar, entonces el niño intentará sacar de donde sea, lo que pueda. Si buscamos en sus preferencias y gustos encontraremos la carencia para poder suplirla con un alimento que realmente cubra sus necesidades sin disfrazarlas. La carne, a pesar de la creencia mayoritaria de que tiene mucha proteína, es más que nada grasa, los niños necesitan más grasa que los adultos, con lo cual, buscando aumentar un poco la ingesta de alimentos grasos y nutritivos en la dieta, es probable que la necesidad de consumir animales descienda también. Algunos ejemplos serían, el aguacate, los frutos secos, las aceitunas, los cocos, etc.

Y por último, el quinto, pero probablemente el más importante, no nos olvidemos de que los hijos vienen a enseñarnos, a hacernos de sombras, de espejos, están ahí para que te enfrentes a tus demonios y crezcas con ellos. Es importante que les mires de verdad, que intentes comprenderles, que les des la mano y camines el camino que os proponéis mutuamente.

No te olvides que eres energía, frecuencia y vibración.

Con Amor

~ Ara

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